
y salgamos a la calle -verdaderamente desnudos-!
Supongo que algo puede pasar.
Cuando nos vean todos aquellos que están vestidos y nos observen y nos estudien y nosotros nos dejemos observar y estudiar; cada mancha, cada tatuaje y cada cicatriz cerrada o cicatrizando.
Cuando sientan el olor a piel, cuando vean los muslos pálidos, cuando vean el sexo
shaking off la timidez, y aquellos tengan miedo o sonrían.
Cuando sientan la curva de las espaldas que se arquean bajo unos dedos que tocan cada centímetro cuadrado de piel dulce
y sigan sin entender qué pasa.
Cuando los dolores emanen de los poros de cada uno de nosotros que estamos desnudos, esperando caer en otra piel que sepa entender y abrazar la primer piel para compartir esa desnudez.
Cuando nos miren las rodillas que todavía sangran y quieran probar la sangre porque algo adentro suyo les reclama sentir latidos en su lengua.
Y cuando empiecen a excitarse con las piernas sin fundas ni medias ni pantalones y quieran besarlas, besar absolutamente todas las piernas, con tatuajes y cicatrices y manchas y pelos y tobilleras y clavos por dentro.
Cuando necesiten oler el perfume a cuerpo y comiencen a sospechar que la clave está en ese cuello, o en aquel pecho dulce y tengan el impulso irrefrenable de morder algún labio y sentir los ojos del otro girando de placer.
Cuando vean las manos masajeando cada parte del cuerpo desnudo y envidien el sabor de la transpiración de un cuerpo sobre el otro y tengan la sensación triste de saber que algo increíble está pasando frente a sus ojos y no sepan entendér qué es.
Cuando coincidan asombrados que se puede hablar sin pronunciar palabra, sólo con sonreir y se arqueen hacia delante para tratar de escuchar lo que dicen esas sonrisas desnudas.
Y empiecen a sacarse una a una todas las prendas y miedos.
Así, cuando hayamos salido desnudos -verdaderamente desnudos- y algún otro se desnude y se deje observar cada uno de sus propios tatuajes y manchas y cicatrices, tal vez así hayamos logrado algo.