Empiece por pulsar suavemente el botón del despertador ya que el aparato no tiene la culpa de que el trabajo sea a las 8am. Putee y levántese y siga buscando un chivo expiatorio por tener que ponerse la ropa incómoda del trabajo. Cepíllese los dientes, haga pis y encuentre los nuevos granos en su cutis ya comprometido. Salga a la calle, y observe sin asombrarse el colectivo que pasa justo en su cara. Culpe a la Semtur que seguramente lo observa y planifica los horarios de los colectivos para que ocurra eso mientras disfruta los quince minutos de espera.
Sonría a su jefe cuando le pregunte el motivo del poste que indica la parada del 126 arrancado de cuajo asomando de su maletín.
viernes, 23 de abril de 2010
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