viernes, 23 de abril de 2010
Volvías caminando y las nubes en tu cielo trasnochado de las 8.30am  anunciaban algo más que lluvia. Las imágenes que todavía quedan como  surcos en tu retina, mientras tus ojos rojos se cierran cada vez más con  la luz de la ciudad que está a mil por hora de un viernes a la mañana.  Volvés a tu jueves a la noche y la escena que veías desde la cama que  era un cuadro de lo más clichè: la ventana abierta, los espejos  simétricos y el televisor de la década pasada que nunca quisiste saber  si andaba. Seguís caminando y alguna gota de lluvia que empieza a  hacerte acordar del 35/9 negro, mientras el recuerdo del cuerpo desnudo  de ella aparece en tu mente; también cuando le confesaste que estabas un  poco delirante todavía y que las sensaciones se habían mezclado  haciéndolo todo más placentero. Ella rió mientras comía un pedazo de  chocolate y se acomodaba un mechón sin lograr disimular la noche  anterior. Caminaste tres cuadras solo desde que la saludaste en  pellegrini e italia y la lluvia ya empapa, pero a vos sólo te importan  las caricias que todavía hierven en tu piel. La gente de saco y corbata  que está por entrar a tribunales no entiende por qué sonreís con  semejante chaparrón y sin paraguas.
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2 comentarios:
yo esto lo lei
antes de que aparezca aca
y gusto antes
y gusta ahora.
es esa sensación de llevarse todo por delante y estar fuera de contexto...
y el querido 35/9!!
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