De a poco va volviendo y me siento menos ahogado. Me empiezo a rodear de colores nuevos y de los viejos y llenos de polvo también. Sonrío ante un espejo que se derrite con tu imagen y mis defectos que de a poco se van volviendo cada vez menos míos, y la sonrisa va creciendo, aunque no mueva los labios mientras huelo también la foto chamuscándose con el marco antiguo que sostenía el vidrio.
El ron derramándose de la comisura de mis labios y la sonrisa cada vez menos tenue, silenciando las teclas de un piano que suena bajito a la distancia. Correspondencia inesperada que no llega; y yo ando casi sin pensarte.
Vuelve despacio, pero vuelve al fin.
lunes, 28 de diciembre de 2009
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